Materiales naturales, acabados no tan superficiales

Si hablamos de espacios saludables y calidad del aire y temperatura, la mayoría de materiales de origen natural cuentan con las propiedades necesarias para aislar o aportar inercia. 

Para Sònia Hernández-Montaño Bou, directora del curso Arquitectura saludable y bioconstrucción de la Escola Sert, la contribución a la inercia de los interiores ayuda a reducir las fluctuaciones térmicas.

• «Habitualmente, la temperatura se encuentra únicamente en el aire y, al ventilar, se escapa. Sin embargo, existen materiales capaces de absorber esta temperatura, y por lo tanto, permitir que se mantenga homogénea», explica.

Hablamos con la arquitecta y docente, entre clase y clase, sobre las propiedades de los diferentes tipos de acabados naturales y nos explica, sobre algunas muestras, cómo estos ayudan a crear interiores más saludables.

Morteros derivados de la tierra

Las placas de arcilla rellenas de, por ejemplo, granulado de corcho, pueden sustituir al pladur y el cartón yeso. Aportan más inercia y capacidad para absorber el vapor de agua presente en el ambiente y, por lo tanto, regular la humedad.

«En nuestro clima existen muchas deficiencias en la sensación de humedad, sobre todo en verano. Si revocamos paredes de ladrillo con morteros de cal o de arcilla, que tienen capacidad higroscópica, absorberemos o ayudaremos a regular la humedad y mejorar la sensación térmica», apunta.

A pesar de que el aislamiento se ha convertido en una prioridad, básicamente impulsada por prácticas desarrolladas en el norte de Europa, Hdez.-Montaño Bou apunta que, tradicionalmente, la inercia funciona mejor en climas mediterráneos. En todo caso, agrega, en climatologías como la nuestra, el aislamiento debería ser un complemento a esta última.

• Las placas de arcilla tienen suficiente masa para trabajar en seco. Esta técnica proporciona resultados más rápidos. También logran una gran inercia sin levantar paredes de ladrillo.

«A los morteros también se les puede agregar aditivos como fibras o pequeños áridos. Las primeras, sobre todo en gran cantidad, aportan mayor ligereza y aislamiento. Estos aditivos permiten, a nivel de mortero, obtener estéticas diferentes y, en el caso de la arcilla, distintas texturas que, en función del tamaño de los áridos, darán como resultado texturas más granuladas o lisas y cambios de color», señala.

Otros materiales de origen natural para los acabados

• Pinturas a base de soja, vienen en muchos colores. También hay pinturas hechas de cal o arcilla. Estas son alternativas naturales que ya están en el mercado.
• Para los tabiques, una buena opción son los plafones de cartón llenos de arena. Tienen buenas propiedades acústicas y son más densos. Sin embargo, se necesita saber cómo manejarlos.
• A nivel de acabados, también existe la posibilidad de tratar la madera quemándola y aplicando tratamientos superficiales con cera o aceites naturales para hidratarla y protegerla sin necesidad de encapsularla debajo de una barrera de plástico.
• El yeso sin tratar. Al quemarlo a 900^oC se evapora el CO₂ y se obtiene un polvo que vuelve a aplicarse una vez hidratado. «Tiene, por lo tanto, un circuito bastante cerrado y se trata de una piedra que mantiene sus propiedades una vez colocada», afirma Hdez.-Montaño Bou.
• Los paneles de yeso con fibras de celulosa también son una alternativa natural para los trasdosados que, a su vez, también aumentan la inercia.
• Materiales textiles, de origen vegetal o animal, como por ejemplo la lana, las fibras de algodón o de lino. «Son interesantes porque tienen capacidades higroscópicas respecto a una moqueta convencional y evitan las cargas electrostáticas», continúa. 

¿Están legislados los materiales naturales?

Cada vez existen más fabricantes de productos derivados de la tierra. En el caso de los bloques de tierra comprimida, ya tienen certificados de laboratorio. Estos certificados indican su absorción acústica y de vapor de agua. También incluyen datos que permiten usarlos en un proyecto con total seguridad.

En el caso de los bloques de tierra comprimida, ya tienen certificados de laboratorio. Estos certificados indican su absorción acústica y de vapor de agua. También incluyen datos que permiten usarlos en un proyecto con total seguridad.

«Al tratarse de materiales para los acabados, la mayoría de ellos pueden cumplir fácilmente con las prestaciones requeridas», apunta Hdez.-Montaño Bou.

Organismos como el INCASÒL ya incluyen condiciones de sostenibilidad y salud en sus pliegos para los concursos de vivienda social en Barcelona que priorizan estas características. Sin embargo, para la arquitectura, esta distinción no debería existir y debería darse por sentada, juntamente con los otros requisitos que se solicitan.

• «En esta memoria de sostenibilidad y salud se prioriza la inercia y que los proyectos expliquen cómo van a incorporarla a través de materiales y no de las instalaciones. Además, se puntúa positivamente la exclusión de materiales plásticos en los acabados superficiales y la propuesta de alternativas que regulen la hidrotermia», señala Hdez.-Montaño Bou.

Los materiales naturales en intervenciones de rehabilitación

Sobre la incorporación de materiales naturales en proyectos de rehabilitación arquitectónica, Hdez.-Montaño Bou distingue entre aquellos edificios anteriores a los años 1940 y 1950 y los posteriores. 

• «Los de principios del siglo XX cuentan, normalmente, con una base muy buena a nivel de materiales y de las prestaciones que ofrecen. Aquellos construidos entre los años 1980 y 2000, probablemente tengan bajas prestaciones y deberemos estudiar muy bien como mejorarlas gracias a las propiedades de los materiales», comparte.

En aquellas rehabilitaciones en las que no se modifica la estructura, tiene sentido dirigir la estrategia hacia la aplicación de materiales superficiales de origen natural, y serán las preexistencias las que determinen las decisiones que se tomarán. 

En las rehabilitaciones donde no se cambia la estructura, es útil usar materiales naturales en la superficie. Las condiciones existentes guiarán las decisiones que se tomen.

«Para ello es necesario estudiar el edificio, para que seamos capaces de realizar un buen diagnóstico y poder elegir los materiales más idóneos», concluye.

Lucía Burbano
Redación Escola Sert