
Este proyecto de Arnau Bujons (Casetadepalla) fue finalista de los primeros Premis de Bioconstrucció de Catalunya (Foto de Atzar Vilanova).
'La casa entre noguers': una vivienda que respeta el territorio y la salud
Crear una vivienda y que tu cliente te siga enviando mensajes 2 años después de entrar a vivir en ella para decirte lo feliz que está en su casa es el sueño de todo arquitecto. Es lo que le ocurre a Arnau Bujons, arquitecto fundador de Casetadepalla, un despacho de arquitectura donde combina la realización de proyectos basados en la bioconstrucción, el bioclimatismo y la sostenibilidad con los talleres formativos para personas interesadas en construir con materiales naturales como la paja y la tierra.
La obra en custión es la Casa entre noguers y quedó finalista de los primeros Premis de Bioconstrucció de Catalunya, que se otorgaron en Avià en la edición de 2024 de Firhábitat.
Aquí veremos cómo y por qué ha incorporado la bioconstrucción y la sostenibilidad en el proyecto, qué dificultades ha tenido que afrontar y cómo las ha solucionado. Y también romperemos algunos falsos mitos sobre la arquitectura saludable.
Este artículo forma parte de una serie de artículos en los que se analizan obras recientes de arquitectura catalana y balear que han tenido en cuenta criterios saludables en su diseño y construcción.
- Tipología: Vivienda unifamiliar aislada de iniciativa privada
- Emplazamiento: Banyoles
- Superficie construida: 75 m2
- PEM: 2.177,657 €/m2
- Fecha de construcción: 2019-2022
- Autor del proyecto y dirección de obra: Arnau Bujons, arquitecto (Casetadepalla)
- Arquitecto técnico y coordinador de seguridad y salud: Miquel Escobar
- Asesoramiento estructural: Íñigo Mújika (Voltes arquitectura cooperativa)
- Constructora: Agustí i fills (Banyoles)
- Envolvente prefabricada de madera y paja: Nix profusta + Casetadepalla
- Cubierta Verde modular Hydropack: Vivers Ter
- Pavimento continuo de yeso:Andrés Millán (Nohuki)
- Revestimientos de cal: Esteve Permanyer (Com-Cal)
- Instalaciones: Carles Sibecas (Instalgrup Banyoles)
- Carpinterías de madera: Robert Blanch (Carinbisa)
- Acabados interiores de madera: Wolfy (artesano alemán residente en Verges) + autoconstrucción.
- Estufa a medida: Met Plà
- Clase energética: A en emisiones de CO2 y demanda energética (en calefacción i refrigeración)
- Créditos fotografías: Atzar Vilanova i Casetadepalla
El impacto de la arquitectura
Todas las obras tienen un impacto sobre el territorio y sobre las personas que las van a habitar. Como profesionales de la construcción, cabe preguntarse: ¿qué tipo de impacto queremos tener?
Construir hace que aumenten las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero en la atmósfera debido a la extracción y producción de materiales, al transporte, a la puesta en obra o a la puesta en funcionamiento de los edificios. Sin respeto por el territorio, la economía local sufre, aumenta el volumen de residuos que no se pueden reutilizar y se desperdician los recursos hídricos. Por otra parte, si no cuidamos a las personas que vivirán en aquellos espacios, pueden acabar enfermando por culpa de un diseño poco saludable.

Las edificaciones siempre tienen un impacto sobre el territorio que las rodea. (Foto de Casetadepalla)
Cada decisión de proyecto que tomamos, cada material que elegimos, cada línea que dibujamos, nos acerca a dos versiones de un proyecto: la del impacto positivo o la del negativo. Lo importante es ser conscientes de que, como técnicos, tenemos mucho poder sobre este impacto.
Está claro que no todas las obras son iguales, ni todos los clientes entienden que sea necesario optar por soluciones saludables, pero hacer lo que podemos, con los recursos y medios que tenemos a nuestro alcance, ya es hacer algo.
La Casa entre Noguers, por suerte, ha contado con un arquitecto comprometido, un cliente concienciado y unos constructores e industriales abiertos a propuestas menos convencionales que poco a poco deberemos ir incorporando a nuestro decálogo de buenas prácticas.
La casa nació del encargo de un médico apasionado por el estilo nórdico que quería una vivienda cómoda y sostenible
Del encargo a las primeras ideas
Esta casa nació del encargo de un médico apasionado por el estilo nórdico que quería una vivienda cómoda, no muy grande y, sobre todo, sostenible.
La mayoría de las veces, cuando un cliente pide una casa sostenible se refiere más bien a una casa que sea eficiente energéticamente, pero en el caso de La Casa entre Noguers, Arnau llevó más allá este requisito, apostando por la economía local, los materiales naturales, el bioclimatismo y otros aspectos que favorecen la salud y el bienestar de las personas y del Medio Ambiente.
A pesar de no haber venido por el factor de la bioconstrucción, el cliente desde el principio escuchó todas las propuestas de Arnau y se dejó guiar por él, priorizando muchas soluciones saludables.

Para abaratar costes en otras partidas, muchas de las ventanas de la casa se hicieron fijas. (Foto de Atzar Vilanova)
La Casa entre Noguers es el ejemplo de que aplicar criterios saludables (y, por tanto, sostenibles) a los proyectos es más fácil de lo que parece. Aunque sean recursos que puedan ser útiles en determinados proyectos, no es necesario utilizar siempre complejos sistemas de climatización eficiente ni inventar materiales supertecnológicos que atrapen al CO₂.
Se trata, más bien, de volver a la esencia, al origen, diseñando teniendo en cuenta conceptos sencillos, pero no menos efectivos.
Arnau nos demuestra con esta casa que la sostenibilidad y la salud en la construcción deben situarse en el punto de partida de cada diseño, contemplando dos puntos básicos antes de dibujar las primeras líneas: primero, analizar las preexistencias del solar, respetándolas e incorporándolas al proyecto en la medida de lo posible, cosa que la mayoría de las veces nos acaba dando el leitmotiv de aquella obra. Y segundo, estudiar el emplazamiento y el territorio, ya que esto nos puede dar la clave para optimizar la orientación y saber los sistemas constructivos y los materiales que se pueden adaptar mejor al lugar.

(Planos de Casetadepalla)
En este caso, la decisión de conservar los dos nogales existentes en la parcela, de forma trapezoidal, limitó el tamaño de la casa (solo tiene 50 m2 de ocupación) y determinó totalmente la implantación, la geometría y la forma de relacionarse con el clima.
La planta es rectangular y prácticamente diáfana, con el vértice a Sur convertido en una curva que permite encajar la casa entre los dos nogales. Esta curva se traduce en un gran ventanal que inunda la casa de luz natural y potencia la conexión y las vistas al exterior.
Todo el programa se acaba en este sencillo, pero preciso contenedor: salón-comedor en un único espacio a doble altura, cocina semiabierta, altillo para una o dos habitaciones, un baño y una sala de almacenamiento.
En total se utilizaron 270 balas de paja de unos 25 kg cada una
La estructura
Para seguir con la idea de respetar los árboles existentes, se decidió levantar la casa del terreno para proteger las raíces y dejar un pequeño espacio a modo de forjado sanitario ventilado. Esto se logró con una cimentación convencional de zapatas aisladas de hormigón armado atadas con unas riostras por la parte superior, en vez de por la base. Este es el único punto de la estructura donde se utilizó hormigón, un material que Arnau intenta utilizar poco porque su fabricación provoca muchas emisiones de CO₂. Encima se construyó el suelo de la vivienda con una estructura de madera aislada con 20 cm de celulosa a granel.
Otra decisión inicial de proyecto, crucial para permitir ahorrar tiempo y costes y para realizar la obra más limpia y segura, fue optar por la prefabricación, prescindiendo así de andamios. Pero esta decisión, en realidad, respondió a la necesidad de hacer la obra más "sostenible" con la vida de Arnau porque estuvo a punto de no aceptar el encargo, puesto que le caía lejos de casa. La prefabricación le permitió llevar esta y otras obras y, además, conciliar su vida familiar.
Inicialmente, la estructura se planteó solo de madera porque el solar era pequeño y la paja necesita grosores bastante grandes para funcionar bien. Pero el cliente, animado por las bondades que le contaba Arnau sobre la paja, fue a visitar una obra que estaba construyendo en ese momento y le gustó tanto que ya no quiso hacerlo con ningún otro material.

Lo que se utiliza para construir es el residuo de los cereales, la parte que no tiene alimento, nunca el grano, y se prepara en grandes bloques bien atados. (Foto de Casetadepalla)
Cuando hablemos de construir con paja no debemos imaginar que iremos a un campo de cereales para coger unas cuantas ramas y las llevaremos tal cual a la obra. Lo que se utiliza para construir es el residuo de los cereales, la parte que no tiene alimento, nunca el grano, y se prepara en grandes bloques bien atados que se almacenan en un lugar fresco y seco, donde no se puedan mojar. Estos bloques, o balas, están tan comprimidos que son muy resistentes. Además, antes de utilizarlos deben pasar un control de calidad, al igual que cualquier otro material.
A diferencia de otras soluciones convencionales como el poliestireno extraído, que es poco sostenible, muy inflamable y desprende sustancias perjudiciales para la salud, la paja es un material excepcional: es muy económico, hay en abundancia, tiene una huella ecológica bajísima, se puede recircular, es totalmente saludable porque no tiene compuestos tóxicos y tiene unas prestaciones de resistencia estructural y de aislamiento térmico y acústico increíbles. Además, es muy duradero en el tiempo, no le afectan los ratones ni los insectos (contrariamente a lo que la gente cree), tiene muy buen comportamiento contra el fuego y, si se protege bien, la humedad no es un problema.
Desgraciadamente, debido al desconocimiento sobre la construcción con este material, hay constructores que no quieren arriesgarse o que hacen presupuestos desmedidos porque creen que es una solución constructiva demasiado compleja. Precisamente esto ocurrió en esta obra y tuvieron un momento de crisis donde llegaron a pensar que no podrían sacar adelante el proyecto.

En las casas de paja siempre se deja un “enmarcado” en el interior para mostrar el material utilizado. (Foto de Casetadepalla)
Buscando alternativas en un intento de no arrojar la toalla, contactaron con una empresa de la zona especializada en la construcción con madera. A pesar de no haber trabajado nunca con paja, se mostraron muy receptivos para aprender y hacerlo de forma conjunta con Casetadepalla. Así que, después de que Arnau les diera algo de formación sobre este material, pudieron diseñar en su taller los muros de fachada de madera maciza aislados con paja de Lleida, resolviendo así la estructura, los cerramientos verticales y la cubierta, consiguiendo un aislamiento continuo de 35 cm sin puentes térmicos.
Eligieron este tipo de paja, ya que es de la zona en la que vive Arnau, era más barata y a él le era más fácil hacer el control de calidad.
En total se utilizaron 270 balas de paja de unos 25 kg cada una. Esto equivale a -14,85 Tn de CO₂ secuestrado, sin contar la madera. Un dato importantísimo para darnos cuenta de que los materiales naturales son claves para conseguir la descarbonización de la construcción.

Este proyecto demuestra cómo la bioconstrucción puede realizar edificaciones a un precio asequible. (Foto de Casetadepalla)
La parte exterior está carbonizada con la técnica tradicional japonesa del Shou Sugi Ban
La envolvente
La parte exterior consiste en una fachada ventilada acabada con madera de pino Douglas, que aporta mucha resistencia a la intemperie, carbonizada con la técnica tradicional japonesa del Shou Sugi Ban. No tener tratamientos químicos garantiza que cuando llueve, ningún tóxico va hacia el suelo y que al finalizar su vida útil se podrá recuperar o quemar sin producir residuos perjudiciales para el medio ambiente, favoreciendo la circularidad del elemento.
Aquí hubo un toma y daca con el Ayuntamiento, ya que en ese momento esta técnica no era muy conocida en Catalunya y los técnicos municipales no veían con buenos ojos hacer una fachada negra. Aunque parecía que deberían optar por otro acabado, el cliente decidió salir adelante con este tipo de fachada y finalmente los técnicos municipales quedaron encantados.
Para la cubierta se optó por una cubierta verde prefabricada de bandejas pre cultivadas con plantas adecuadas al clima de la zona que incluyen el drenaje, sustrato y capas que permiten la instalación, sustitución y desmontaje de forma fácil. Una solución que se montó en un día, que tiene poco mantenimiento y altísimas prestaciones y sigue funcionando muy bien a día de hoy.
En el caso de las ventanas se realizaron de madera con doble cristal y gas argón y las instaló un carpintero de la zona. El gran ventanal del doble espacio merece una mención aparte. Teniendo en cuenta el estudio de demandas energéticas, está claramente sobredimensionado y tiene demasiada captación solar. Pero como se hizo para conseguir la entrada de luz en toda la vivienda y para potenciar la relación entre interior y exterior, prefirieron sobredimensionarla e invertir en cristales con control solar, aunque tuvieran un mayor coste. Para abaratar costes en otras partidas, muchas de las ventanas de la casa se hicieron fijas.

Los marcos interiores de las ventanas se realizaron con madera maciza recuperada de otras obras. (Foto de Atzar Vilanova)
El interior
Para realizar los tabiques interiores portantes y el altillo de La Casa entre Noguers se utilizaron paneles de 8 cm de grosor de madera contralaminada (CLT). Algunos se dejaron vistos, tratados solamente con aceite de linaza, y otros se pintaron de color blanco. Arnau, como hace en todas sus obras, recomendó marcas específicas de pinturas sin Compuestos Orgánicos Volátiles pero, finalmente, el cliente optó por unas pinturas que garantizaban tener bajas emisiones de tóxicos y eran más económicas.
Otro detalle del compromiso para realizar esta obra más sostenible son los marcos interiores de las ventanas, que se realizaron con madera maciza recuperada de otras obras.
El acabado del pavimento es una de las joyas de la corona de esta casa. Aunque constructivamente hubiera funcionado mucho mejor un suelo de madera o de baldosa cerámica, el cliente tenía muy claro que quería un pavimento continuo de microcemento. Siguiendo con el talante de colaboración y de dejarse aconsejar, pidió alternativas.
Aquí debe aclararse que el microcemento, a pesar de tener algunas ventajas como su rápida colocación, que se puede limpiar con facilidad y que tiene un precio más competitivo, no es la mejor opción ya que es un material sintético, una mezcla de cemento, resinas y aditivos. Aparte de utilizar combustibles fósiles en su fabricación y de las elevadas cantidades de CO2 que emite, los aditivos sintéticos son perjudiciales para la salud ya que, al igual que las pinturas, contienen compuestos tóxicos que tocamos e inhalamos. Además, no permiten una buena regulación de la temperatura y humedad del ambiente interior y producen mucha electricidad estática, lo que puede causar dolor de cabeza y generar mucho polvo.

La vivienda sigue distintas estrategias bioclimáticas. (Foto d'Atzar Vilanova)
Arnau le propuso un acabado mucho más sano, ecológico y sostenible: un pavimento continuo de yeso. El yeso, aparte de ser un material tradicional libre de tóxicos, tiene un módulo de elasticidad mucho más cercano a la madera y, por tanto, a pesar de advertir al cliente de los posibles movimientos que podrían generar alguna fisura, es un material que garantiza un mejor funcionamiento que otros materiales más rígidos (como el microcemento).
La respuesta del cliente fue que si salía alguna pequeña fisura no era un problema, ya que le gustaba la estética japonesa del wabi sabi, que admite errores y hace que los materiales vividos, sufridos o desgastados tengan su encanto. Finalmente, después de buscar artesanos que trabajaran bien el yeso, el suelo se hizo con un revestimiento continuo de yeso artesanal alabastrino mezclado con yeso de París que, de momento, no se ha fisurado y tiene al cliente contentísimo.
Las zonas húmedas supusieron otro reto constructivo, ya que el cliente también quería microcemento en todo el baño. Por esta zona se optó por hacer los muebles de obra cerámica revestida con un estuco de cal aérea hidrofugada con aceites sin aditivos sintéticos. En este tipo de baños es necesario explicar a los clientes que no pueden utilizar productos de limpieza abrasivos ni antical, ya que esto podría comerse el estuco.
Hacer un baño con estuco de cal no es fácil ni barato, porque debe encontrarse buena mano de obra que pueda realizarlo de manera correcta. Pero cuando se hace bien, la sensación que tienes cuando entras es la de estar en un lugar especial: el material regula la humedad, notas la piel fresca y, al mismo tiempo, la textura sedosa y cálida del estuco te acompaña.
Uno de los problemas de algunos materiales naturales es que no hay suficiente mano de obra especializada. Los oficios de yeseros y estucadores, por ejemplo, se están perdiendo porque hay poca demanda. Éste es otro de los beneficios de utilizar técnicas tradicionales. Es importante intentar recuperar este tipo de materiales y técnicas, para no perder el know-how, para dar relieve generacional y para generar puestos de trabajo especializados.

Hacer un baño con estuco de cal no es fácil ni barato porque hay que encontrar buena mano de obra que pueda realizarlo de forma correcta. (Foto de Casetadepalla)
Las instalaciones
La vivienda sigue diferentes estrategias bioclimáticas que hacen que funcione muy bien tanto en invierno como en verano de forma prácticamente pasiva.
El calentamiento de la vivienda se resuelve gracias a la gran captación de calor del ventanal a Sur y al aislamiento continuo de paja, sin puentes térmicos. El pavimento de yeso artesanal, a pesar de ser una capa delgada, tiene algo de inercia térmica, lo que hace que acumule calor durante el día y lo vaya liberando durante la noche. Todo esto ya es suficiente para mantener la casa caliente, pero, como apoyo, se colocó en un rincón del comedor una pequeña estufa de leña hecha por un artesano local en hierro para días puntuales de mucho frío.
Para refrigerar los espacios en verano se aprovecha la ventilación cruzada que se genera gracias a las aberturas en los vientos dominantes de Sur y las aberturas altas en la fachada opuesta. Además de esto, la estratificación del aire caliente por la doble altura, el ventilador del techo y una trampilla, con filtros, en el forjado sanitario que se puede abrir y cerrar de forma manual, permiten una muy buena circulación de aire fresco.
Cabe destacar la función del nogal como elemento bioclimático: en verano, con la sombra de todas las hojas, evita la entrada de luz y calor en exceso, a la vez que refresca el aire y regula la humedad del ambiente. Por el contrario, en invierno, al ser de hoja caduca, permite la entrada total de radiación solar para calentar la casa.
Después de dos años sin medios activos de climatización y sin ventilación mecánica, el cliente no ha necesitado más que puntualmente la estufa en días muy fríos y se ha logrado un ambiente confortable incluso en los veranos más calurosos.
Es una casa que respira y transpira, que permite el intercambio de vapor de agua entre el interior y el exterior gracias a los materiales naturales de los que está hecha su envolvente. Y lo más importante, es una casa que deja respirar a sus inquilinos, ya que no reseca la piel, ni los ojos, ni las mucosas con aire acondicionado, ni otros sistemas de climatización por aire.
Las instalaciones lumínicas y eléctricas también son un tema muy importante en bioconstrucción y es recomendable trabajar siempre con técnicos especialistas en instalaciones biocompatibles o, como mínimo, que estén abiertos a recibir consejos para trabajar de forma más saludable.
Aunque en esta vivienda no se realizó una instalación biocompatible porque no se vio necesario por parte del cliente, sí se siguieron una serie de recomendaciones para realizar la instalación eléctrica lo mejor posible. En estos casos, hacer pequeñas cosas, aunque no sean perfectas, ya es mejor que nada.
Se realizó una disposición eléctrica en estrella, evitando pasar por los cabezales de las camas. Esto se hizo para evitar tener los campos electromagnéticos producidos por el cableado cerca de la cabeza durante las horas de sueño, en los que el cerebro está más vulnerable. También se logró una buena toma de tierra por debajo de 6 Ohms, tal y como marca la norma de la Baubiologie. (L’IBN, “Institut für Baubiologie + Nachhaltigkeit IBN”, nació en 1977 en Alemania para ofrecer divulgación y formación que facilitara la construcción centrada en la salud, la eficiencia, la autosuficiencia, el respeto por el medio ambiente y el impulso de hábitats dignos y respetuosos con el entorno. Crearon una Norma Técnica para medir aquellos factores físicos, químicos y biológicos que pueden afectar a nuestra salud).
En cubierta se colocaron placas fotovoltaicas para calentar el Agua Caliente Sanitaria y la energía sobrante se vende en la red. Para la recogida de pluviales, Arnau aplicó una idea que vio en un proyecto en Francia: unos bajantes de chapa plegada por donde cae el agua como si fuera una cascada vista. La chapa se hizo de zinc-quarzo, un material que está oxidado naturalmente y, por tanto, envejece bien (de forma similar al acero corten). Este detalle generó algo de conflicto en la obra, ya que los industriales no veían muy claro que funcionara bien un bajante tan poco convencional, pero, después de estudiar bien los detalles para construirlo conjuntamente con Arnau, no hubo problema. En la actualidad esta solución todavía está funcionando muy bien y produce un agradable y visual efecto visual y auditivo.

No tener tratamientos químicos garantiza que cuando llueve, ningún tóxico va hacia el suelo. (Foto de Atzar Vilanova)
El presupuesto
En Casetadepalla existe la voluntad de realizar proyectos en bioconstrucción de alta calidad a un precio asequible y esto comienza en la fase de proyecto y en las elecciones de diseño. Sin embargo, esta casa es más cara que la mayoría de sus obras y por eso Arnau cree que es necesaria una explicación más que un número: hay que tener en cuenta que construir en Girona no es barato y que en ese momento, según datos del portal inmobiliario Idealista, el precio medio de obra nueva era de 2.457 €/m2. Así pues, la Casa entre Noguers tendría un precio igual, o incluso menor, que una casa de obra nueva convencional, siendo una casa de consumo casi nulo con materiales naturales.
Además, hay que considerar que esta casa tiene muros de 6 metros de altura para una ocupación de solo una planta más altillo con un gran doble espacio, hecho que distorsiona el ratio del precio €/m2 y, aparte, tal y como hemos ido viendo en el artículo, tiene soluciones con acabados de gama alta por elección de la propiedad: pavimento continuo de yeso, zinc-cuarzo, cubierta verde,... Estas soluciones tendrían alternativas más económicas como, por ejemplo, embaldosados cerámicos, fachada de madera Douglas sin tratar, remates galvanizados, cubierta con gravas,...
La aplicación de criterios saludables: desmontando falsos mitos
A Arnau Bujons le ha tocado afrontar muchos prejuicios (sobre todo al inicio de su carrera) por el hecho de construir edificios con paja. No es lo primero que lo hace, pero sin duda hay pocos arquitectos en Cataluña y España que se dediquen a ellos mientras que en Francia, por ejemplo, es una técnica muy extendida.
Algunas personas con las que habla de sus obras se imaginan que construye barracas que se desmontarán si viene a soplar el lobo de los tres cerditos. Otros le dicen que las casas hechas con paja son inestables, que arden con facilidad, que se pudren, que son para hippies que hacen autoconstrucción, que la estética es de hobbits,...
Pero cuando estas personas visitan sus casas, cambian rápidamente de parecer y se sorprenden de los resultados, de sentirse tan a gusto y de que tengan tanta eficiencia energética.
La Casa entre Noguers viene también a desmontar todos estos falsos mitos de la bioconstrucción: es una casa prefabricada, muy resistente a todos los niveles (estructural, contra el fuego,...), con una estética totalmente contemporánea y un consumo energético casi nulo.
Arnau remarca que, si se hace un buen diseño bioclimático y se juega con los materiales, el presupuesto de una obra hecha con paja es muy similar al de la obra nueva pero con mejores prestaciones. Todas las casas que ha hecho hasta ahora no necesitan aire acondicionado ni calefacción centralizada, solo un aporte puntual con estufa de leña, incluso en climas fríos.
Es una realidad que ha podido comprobar en cada proyecto, incluso en rehabilitación. Esto a la larga hace que estas casas sean más económicas que la arquitectura convencional.
Pero los beneficios no solo son económicos. Y esta es la parte más importante: uno de los rasgos diferenciales entre una obra convencional y una obra hecha de forma saludable y sostenible es el respeto por la salud de las personas y del planeta.
Cuando una casa está hecha con materiales naturales y sigue criterios saludables, se nota. Hay algo diferente al ambiente difícil de contar. Puede ser por los olores de los materiales, o por la higroscopicidad, o porque no acabas con dolor de cabeza o con alergia, pero la sensación siempre es de bienestar, de estar en un espacio que te está cuidando.
Nuestro agradecimiento a Arnau Bujons, de Casetadepalla, por su colaboración.
Sònia Palmi Aznar
Arquitecta especializada en Arquitectura Saludable