La termografía permite identificar patrones térmicos que pueden indicar anomalías o patologías en los edificios (FP).

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Edificación y rehabilitación

Termografía: cuando la temperatura habla

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A simple vista, es extremadamente complejo localizar fallos térmicos hasta que no se manifiestan y causan estragos costosos en lo económico y medioambiental. Las tecnologías como la termografía permiten hacer mapas de calor y detectar patrones de energía y temperatura en materiales. Una vez analizados estos datos, se puede intervenir de forma preventiva o a tiempo. 

¿Qué es la termografía?

La termografía infrarroja es una técnica que detecta la energía que emiten las superficies de los objetos o los cuerpos y la convierten en una imagen visual, un termograma, que representa las temperaturas en imágenes de distintos colores.

“Nos permite identificar patrones térmicos que pueden indicar anomalías o patologías”, explica Xavier Jaime Novo, arquitecto técnico, experto en termografía, y ponente de la Sessió Sert Introducción a la Termografía Aplicada a la Edificación: Diagnóstico y Control de Calidad.

Hoy en día, su uso no es de obligado cumplimiento, pero en todo caso prescriptivo. 

La termografía empezó a utilizarse en la década de los 50. “Fue, sobre todo, un par de décadas después, a raíz de la crisis del petróleo, cuando la eficiencia energética ganó enteros y la información que se obtiene de la termografía empezó a utilizarse para mejorar este aspecto de los edificios”, recuerda el experto.

Imagen tomada con un termógrafo

La termografía empezó a utilizarse en la década de los 50. (Xavier Jaime Novo)

La termografía permite un análisis in situ para aplicar soluciones preventivas

En qué situaciones se utilizan los termogramas

  1. Para detectar puentes térmicos, infiltraciones de agua, tanto por condensación, lluvia, pérdidas que se producen a través de las cañerías o humedades por capilaridad.
  2. Control de calidad de la obra acabada.
  3. Para obtener certificaciones LEED o BREEAM.
  4. En Catalunya, recientemente se han empezado a solicitar termografías en las obras públicas.

Termografía preventiva

Xavier Jaime Novo apunta un quinto uso de la termografía:

  • facilitar un análisis in situ que permite aplicar soluciones preventivas en elementos como cuadros eléctricos y evitar  sobrecalentamientos y posteriores incendios o para localizar moho invisible al ojo humano alrededor de ventanas o en el techo.

“También podemos comprobar la cantidad y la forma en la que se han colocado elementos aislantes o mejorar el confort térmico en interiores. Hace unos años realicé una termografía en un hospital donde los pacientes y familiares habían manifestado una falta de bienestar. Gracias a la termografía pudimos identificar que en una zona de la fachada que estaba vidriada existían elementos que registraban una temperatura mucho más baja que en otras paredes y techos”, explica.

Blower Door

La termografía también utiliza dispositivos como el Blower Door, un ventilador que simula un viento de 34 km/h que se coloca en una puerta y que permite determinar si entra aire en el edificio. (Bauthermografie & Luftdichtheitsprüfung Lutz Weidner / Thüringen CC).

 

Otro uso frecuente es para detectar zonas estancas. En este caso, se utiliza un dispositivo denominado Blower Door. Se trata de un ventilador que simula un viento de 34 km/h que se coloca en una puerta y que permite determinar si entra aire en el edificio.

Interpretar los datos que facilita el termógrafo

La termografía forma parte de un trabajo de campo en el que se recopila la información que posteriormente se debe seleccionar, analizar y ajustar para, finalmente, presentar un informe con las conclusiones e incidencias detectadas para que el profesional que lo ha encargado pueda tomar decisiones basándose en los datos facilitados.

“Una de las claves para utilizar esta tecnología es conocer algunas de sus limitaciones o particularidades. Por ejemplo, en determinadas condiciones meteorológicas no la podremos aplicar con rigor o que existen ciertas horas del día que son más adecuadas para según qué determinados trabajos”, ejemplifica.

Visión termal de un edificio

Es fundamental entender el concepto de emisividad de las superficies. (Xavier Jaime Novo)

Los retos actuales en  descarbonización implica que la información de los termogramas son fundamentales para implementar medidas de eficiencia energética

También es fundamental entender el concepto de emisividad de las superficies, ya que el brillo de un metal, sin ir más lejos, influirá en la temperatura que se obtiene de la termografía. Hay errores que pueden corregirse a posteriori, pero otros, como, por ejemplo, el enfoque, no. 

“Lo más importante es seguramente la interpretación que hacemos de las termografías. A veces nos podemos dejar llevar por la parte estética de los colores, pero hay que saberlos interpretar porque muchas veces no implican un error, como podría pensarse inicialmente”, señala.

Metodología pasiva y activa en los termogramas

Xavier Jaime Novo continúa explicando que existen dos metodologías en la toma de termogramas. 

  • La pasiva hace referencia a la no intervención de la emisión energética. Por ejemplo, si realizamos una termografía de la fachada de un edificio orientada al sur a las 6 de la mañana, antes de que salga el sol, los datos que registraremos serán los de la radiación térmica que cada uno de los elementos y materiales emiten de forma natural sin ninguna fuente externa de calor.

  • En cambio, si realizamos este proceso en esta misma fachada al mediodía, cuando la incidencia solar ya es notable, obtendremos una termografía activa, ya que el sol está activando la energía de los materiales y, por lo tanto, la información resultante será completamente distinta.

Termografo

La termografía es una nueva forma de entender y de ejercer la arquitectura. (Freepik)

En este sentido, es importante conocer las características del edificio, saber cómo está construido y qué capas lo integran. Idealmente, el profesional que encarga el termograma debe facilitar esta información y, en caso de tratarse de una edificación antigua, el conocimiento que posea el arquitecto que realiza la termografía será fundamental.

Ahorro energético con la termografía

Los retos actuales en materia de descarbonización implica que la información que proporcionan los termogramas resulten fundamentales para implementar medidas de eficiencia energética. Xavier Jaime Novo es socio de la Plataforma de Edificación Passivhaus, estándar en el que es habitual utilizar esta tecnología para realizar pruebas de termografía infrarroja, test de hermeticidad al aire, control de calidad y para escanear con rapidez y de forma no invasiva la envolvente o controlar si elementos como las ventanas se han colocado correctamente.

Llama la atención que fondos como los Next Generation no hayan considerado implantar la termografía como herramienta obligatoria para comprobar el éxito de las rehabilitaciones energéticas llevadas a cabo en un edificio.

“En cambio, la constructora que trabaja con el Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet, que rehabilita calles y barrios enteros aislando el exterior de los edificios, ha impuesto como condición realizar termografías de todas las fachadas antes y después de intervenir. O existen zonas de Europa que hacen termografías de ciudades enteras con drones para obtener un mapa de calor que identifique a aquellos edificios que más energía pierden”, ejemplifica.

Imagen termal de un edificio

La termografía es el ojo del arquitecto que le permite dar forma a lo invisible. (Freepik)

Espacios más saludables

La capacidad de la termografía para, por ejemplo, detectar moho invisible al ojo humano permite localizar patologías edificatorias que inciden en la salud, especialmente respiratoria, del usuario. “La alta resolución de estas cámaras permite registrar diferencias de 0,1 °C de temperatura y, por lo tanto, la aparición de humedades donde antes no existían”, señala.

A pesar de su carácter de outsider, la termografía es el ojo del arquitecto que le permite dar forma a lo invisible y mejorar tanto el desempeño energético y de aquellos aspectos relacionados con la salud del usuario. 

Estas contribuciones merecen, como mínimo, tenerse en consideración como elementos indispensables que forman parte de una nueva forma de entender y de ejercer la arquitectura.

 

 

Lucía Burbano
Redacción Escola Sert

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