Bea Sarrias, la pintora que “retrata” edificios
Bea Sarrias es una pintora barcelonesa que ha encontrado en la arquitectura de José Antonio Coderch, Mies van der Rohe, Pierre Koenig y otros arquitectos del Movimiento Moderno las líneas maestras que le permiten capturar la luz en sus obras.
¿Cuál es la vinculación entre la pintura y la arquitectura? Ambas son dos disciplinas que veneran la luz. Para un arquitecto, es un elemento clave cuando proyecta. En el caso de la artista barcelonesa Bea Sarrias, la luz es su obsesión y el Movimiento Moderno el vehículo perfecto para plasmarla en el lienzo.
Licenciada en Bellas Artes, Sarrias es una pintora figurativa y realista que, aclara, retrata edificios, no los pinta.
Representada por varias galerías nacionales e internacionales, su edificio favorito es La Ricarda o Casa Gomis, de Antonio Bonet Castellana.
Pinos sobre rojo que muestra La Ricarda de Antonio Bonet Castellana. (Bea Sarrias)
"La arquitectura me gusta tanto que he acabado pintándola o, mejor dicho, retratándola"
Pregunta: ¿Cómo surge tu interés por la arquitectura y por hacerla protagonista de tu pintura?
Bea Sarrias: Quería dedicarme a la pintura desde pequeña, pero uno de mis hermanos mayores es arquitecto y siempre hojeaba sus libros de Alvar Aalto, Renzo Piano… Cuando tuve que elegir una carrera universitaria opté por arquitectura como primera opción y entré. También hice la prueba de acceso para la carrera de Bellas Artes y también me aceptaron.
Cuando llegó el momento de decidir, mi padre me recordó que siempre había querido ser pintora. Pero la arquitectura me gusta tanto que he acabado pintándola o, mejor dicho, retratándola. Para mí no son espacios arquitectónicos vacíos sino llenos de historia; de la propia arquitectura, del arquitecto o de las personas que lo habitan.
P: ¿Cuándo empezaste? ¿Cuál fue tu primera obra?
BS: Sobre 2004 o 2005. Todo empezó con un piso del Eixample de Barcelona donde vivieron varias generaciones de la familia y que un momento dado tuvimos que vaciar. Entonces empecé a hacer fotos y mi marido, Morrosko Vila-San-Juan, que es realizador, empezó a grabar videos en Super 8 del interior. Cuando vi el material me di cuenta que tenía una historia entre manos.
¿Siempre sigues un proceso de documentación gráfica?
BS: Me interesa mucho la historia, no solo del arquitecto, sino de la obra en cuestión. Hace poco pinté la casa Malaparte y antes me leí el libro de Cruzio Malaparte sobre su historia. Me ayuda a que las ideas fluyan a la hora de pintar. Siempre digo que es como una investigación antropológica.
Soy muy rápida pintando. Tardo más tiempo en buscar la temática, documentarme y encuadrar el cuadro. Una vez lo tengo en la cabeza, sale solo.
Y cada arquitecto tiene su momento. Para el próximo aniversario de la Galleri Elisabeth Ramfjord de Oslo estoy preparando cuatro piezas de Alvar Aalto. Hace dos años quería presentarlas en una exposición individual pero en el último momento dije que no, que no me atrevía.
¿Qué lo determina?
BS: Es una cuestión de sensaciones. Cuando pinto un espacio me imagino que estoy dentro e intento plasmar las vibraciones que siento. Una vez arranco ya lo hago mío y todo es más fácil.
Light in the eucalyptus tree, cuadro inspirado en la obra de Charles y Ray Eames. (Bea Sarrias)
Dentro de las distintas arquitecturas, la mayoría de tu obra se centra en el Movimiento Moderno. ¿Por qué?
BS: Lo que más me gusta es pintar la luz y descubrí que esta arquitectura —que es mi preferida— es la mejor herramienta para hacerlo. Las líneas de la arquitectura moderna facilitan que la luz sea la protagonista.
Por encargo, también he pintado casas de otros estilos. Joan Gaspar, de Marset, vino un día a mi estudio con un libro de Antoni Gaudí para ver si me inspiraba. Es un arquitecto que me encanta, y aunque a día de hoy no voy a pintarlo, no descarto hacerlo en el futuro.
También pinto arquitectura contemporánea. Ahora acabo de volver de La Haya donde he retratado el edificio Eurojust, de Mecanoo, invitada por el Ministerio de Justicia del Gobierno de España. En 2019 hice lo mismo con la sede de la OTAN en Bruselas.
"Cuando pintas arquitectura es difícil diferenciar la temática de la técnica"
¿Prefieres pintar in situ o en el estudio?
BS: La luz incide mucho en cómo pinto. Normalmente lo hago en mi estudio, aunque la gama de colores cambia si es invierno o verano, que es cuando los colores vibran más.
Además de los proyectos de Eurojust y de la OTAN, también he pintado La Ricarda, mi edificio favorito, in situ. El cuadro para la sede de la Alianza Atlántica era muy grande (2,35 m por 6 m) y se tenía que pintar en solo cinco días porque está en una zona de máxima seguridad. Para poder cumplir con el plazo, lo empecé a dibujar en el atelier de la galería con la que trabajo en Bruselas y después lo trasladamos allá para pintarlo.
¿Hay detalles técnicos de un edificio que son más difíciles de reproducir?
BS: La mayor dificultad es intentar plasmar lo que estoy sintiendo a través de la arquitectura. A veces me dicen que mis cuadros tienen alma y que parece que una persona entre o salga de ellos. Una vez, un galerista me dijo que le evocaban tristeza. Yo le respondí que estaba encantada de que transmitieran algo porque, al fin y al cabo, los detalles técnicos de un edificio no me preocupan en exceso.
Ahora que lo mencionas, ¿por qué no hay figuras humanas en tus cuadros?
BS: Muchas veces las pinto y después las borro. Me pasé una década pintando con cuatro tonos de gris porque estaba obsesionada en que la gente se fijara en la luz. Siempre que alguien mira uno de mis cuadros le pregunto: “¿en qué te fijas?”.
Me encanta guiar la mirada exactamente al punto que yo quiero. Poco a poco he ido introduciendo el color, pero creo que incluir figuras humanas le quita protagonismo a la arquitectura.
Cuadro del Taller de Joan Miró en Mallorca, un proyecto de Josep Lluís Sert. (Bea Sarrias)
¿Prefieres retratar interiores o exteriores?
BS: En el proyecto del piso familiar del Eixample pinté el interior y solo utilicé cuatro colores. Después hice una panorámica hacia el exterior y empecé a añadir más color. Normalmente retrato interior y exterior, como en las últimas exposiciones en las que he participado, la de Charles y Ray Eames en Noruega, Pier Koenig en Suecia y La Ricarda de Bonet Castellana en la Galería Senda. Normalmente, la última pieza que pinto es un exterior y es la más grande.
¿Qué técnica utilizas?
BS: Pintura acrílica. Es la que mejor encaja con mi carácter y como pinto muy rápido es la que antes se seca. Cuando preparo una exposición, normalmente pinto entre tres y seis cuadros a la vez porque no me gusta acabar uno y no saber lo que haré después. Primero los dibujo, los “mancho” un poco y continúo.
Casa C y la piscina, inspirado en la obra de Jose Antonio Coderch. (Bea Sarrias)
Has mencionado que trabajas con varias galerías de aquí y de fuera. ¿Qué crees que les atrae de tu trabajo? ¿Que retrates arquitectura o tu técnica?
BS: Los clientes de Barcelona son muy directos y me piden directamente cuadros de Coderch, por ejemplo. En cambio, cuando vendo fuera muchas veces me preguntan quién es el arquitecto una vez han comprado el cuadro. Cuando pintas arquitectura es difícil diferenciar la temática de la técnica porque hay una parte que conecta con el espectador a través del edificio, pero no hay que descuidar cómo lo plasmas.
Creo que no hay muchos pintores que retraten la arquitectura de forma figurativa y realista. La mayoría tienden a la ilustración o su estilo es similar al de David Hockney; más americano, con piscinas y palmeras y figuras humanas.
¿En qué estás trabajando ahora mismo?
BS: Estoy preparando un proyecto con mi marido sobre Josep Lluís Sert. Lo empezamos en 2019 y la primera parte, titulada ‘Miró-Sert-Gomis. La luz en el taller del artista’, se inauguró en línea en la Embajada de España en Bruselas en 2020.
El proyecto nació cuando visitamos el estudio que Sert diseñó para Joan Miró en Palma, donde grabamos en vídeo y del que pinté seis cuadros. Se me ocurrió que sería muy interesante hacer un proyecto que vincule los tres edificios de Miró a través del arquitecto que los diseñó, Sert, y de las fotos de Joaquim Gomis. Ya hemos hablado con la Fundación Miró en Barcelona, nos falta la de Palma y en agosto iremos a Saint Paul de Vence para hablar con la Fundación Maeght.
Últimamente, en mis exposiciones también incluyen vídeo. Morrosko y yo hacemos fotos del edificio y es interesante descubrir las distintas miradas; la suya de realizador y la mía de pintora. El vídeo es un formato perfecto para explicar y retratar arquitectura. Es un proyecto muy rico que me hace especial ilusión.
Lucía Burbano
Redacción Escola Sert
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