Una buena arquitectura accesible en un equipamiento público
Diseñar pensando en la diversidad funcional sin renunciar a la buena arquitectura es, a día de hoy, una excepción en los equipamientos públicos. Pero la Biblioteca Montserrat Abelló de Barcelona no solo lo ha conseguido, sino que ha puesto el listón muy alto.
“Cada vez que vuelvo, me gusta más”. Esta afirmación es de un profesional que conoce muy bien las entrañas de la Biblioteca Montserrat Abelló, en el distrito de Les Corts en Barcelona.
Es Enrique Rovira-Beleta, arquitecto y consultor en accesibilidad, que trabajó en colaboración con los arquitectos autores del proyecto, Ricard Mercadé y Aurora Fernández. Los tres transformaron la antigua fábrica Benet i Campabadal en este equipamiento cultural que los vecinos llevaban años reclamando.
El proyecto de la Biblioteca Montserrat Abelló
La fábrica Benet i Campabadal, dedicada a la fabricación textil y, posteriormente, al vidrio, es uno de los espacios públicos más singulares de este distrito barcelonés. Destaca por su gran nave de planta única. También cuenta con una cubierta en diente de sierra acristalada que permite una gran entrada de luz de orientación norte.
La Biblioteca Montserrat Abelló está en las antiguas instalaciones de la fábrica Benet i Campabadal. (Escola Sert)
Lo primero que llama la atención de este equipamiento urbano es la generosa presencia de luz natural y la amplitud de espacios
Una vez cesó su actividad en la década de 1980, se utilizó como almacén. También fue la sede de la Fundació Centre del Vidre hasta que ésta se trasladó al Poble Espanyol. El edificio de 1924 diseñado por Antoni Pons i Domínguez se fue deteriorando, pero una condición sine qua non del concurso arquitectónico convocado en 2014 era conservar intacta la fachada de estilo racionalista por su valor patrimonial.
En una entrevista, Mercadé y Fernández, ganadores del concurso, explicaron que la primera intervención fue abrir el espacio y reforzar la estructura. Sin duda, lo primero que llama la atención de este equipamiento urbano es la generosa presencia de luz natural y la amplitud de un espacio que respira buena arquitectura. No es el estereotipo de biblioteca.
Además de la excelente rehabilitación, hay que añadirle un segundo no menos relevante; es una biblioteca donde todo el mundo es bienvenido porque es accesible para todas las personas, tengan o no, sus capacidades limitadas.
El proyecto ha superado el marco legal vigente sobre accesibilidad. (Escola Sert)
Nos lo explica a continuación el arquitecto Enrique Rovira-Beleta, una referencia en arquitectura accesible. Ha supervisado proyectos tan emblemáticos como el Conjunto Monumental de la Alhambra y Generalife en Granada, los Juegos Olímpicos y los Juegos Paralímpicos de Barcelona’92, el “Estadio Johan Cruyff” y el Museo y Palco Presidencial del Fútbol Club Barcelona, y también el Código Operativo de Accesibilidad de Transportes Metropolitanos de Barcelona.
Una arquitectura accesible ‘invisible’
Aunque el Ayuntamiento de Barcelona cuenta con el Instituto Municipal de Personas con Discapacidad, el distrito de Les Corts encargó a Rovira-Beleta la supervisión de las medidas de accesibilidad de este equipamiento. “La supervisión del proyecto busca garantizar el cumplimiento de las normativas de accesibilidad para ayudar a que todo el mundo se beneficie de ello. Aunque no debiera, esto continúa siendo bastante inusual”, señala Rovira-Beleta.
Su condición de arquitecto le permitió establecer un diálogo de tú a tú y fluido con sus colegas Mercadé y Fernández. De ellos, destaca su receptividad. “El primer paso es trabajar sobre los planos y revisar el proyecto para establecer una serie de recomendaciones sobre aquellos aspectos que pueden mejorarse o incluirse. Pero la decisión última es suya, como responsables del proyecto”, comparte.
La parte inferior de atención al público no tiene obstáculos. (Escola Sert)
Ejemplos de esto último son las cartelas dedicadas a las exposiciones temporales, un elemento que Rovira-Beleta no auditó y cuyo diseño le ha sorprendido gratamente. “La tipografía empleada y el uso de la negrita facilita la lectura a todos y, especialmente, a personas con baja visión. Además, la posición de las cartelas permite que puedan leerse desde diferentes alturas”, indica.
Otra muestra son los paneles que ubican al usuario, ya que la biblioteca cuenta con un vestíbulo, un altillo y dos plantas. Situados al lado del ascensor, cada nivel se resalta en negrita y es de color blanco sobre fondo negro, contraste que también facilita su lectura.
La Biblioteca Montserrat Abelló es un ejemplo de “buenas prácticas ”en la incorporación de criterios de accesibilidad universal
Superar la normativa en accesibilidad
La sensibilidad del equipo de arquitectos y la buena dinámica establecida con Rovira-Beleta dio como resultado una serie de medidas que incluso superaron el marco legal vigente sobre accesibilidad:
- Diseño de mobiliario: Aurora Fernández y Ricard Mercadé diseñaron parte de los muebles de la biblioteca que responden a criterios de movilidad. La parte inferior de atención al público no tiene obstáculos; así los usuarios en silla de ruedas pueden dirigirse de frente, y no de costado, al personal en estos mostradores. Todos disponen de bucle magnético para facilitar a personas con audífono o implantes cocleares la audición de los mensajes hablados por micrófono, similar a un wifi.
- Los dos ascensores que comunican las plantas del edificio tienen las puertas transparentes para facilitar la comunicación visual con personas con discapacidad auditiva o intelectual. También evitan situaciones de claustrofobia al quedarse encerrado si el ascensor está averiado.
Rovira-Beleta destaca especialmente este elemento, extremadamente inusitado y con un sobrecoste adicional, que provoca su rara inclusión. El arquitecto-consultor destaca el compromiso de los arquitectos para incorporar estas puertas. - Servicios higiénicos accesibles. Según la normativa, uno de cada 10 debería ser accesible. Sin embargo, aquí se supera de largo la norma con seis aseos accesibles. Además incluyen espacio de transferencia libre de obstáculos a ambos lados del inodoro, situado a 0,47 cm de altura de su asiento.
- También han incorporado elementos con colores que contrastan. Así se facilita su percepción y un pulsador de emergencia situado a 15 cm del suelo al lado del WC para pedir ayuda en caso de caída.
- Grandes cristaleras delimitan las diferentes dependencias y/o espacios de lectura. Incorporan una franja horizontal de madera situada a 1,00 m de altura aproximadamente y fácilmente detectable para evitar posibles tropiezos con el cristal. Las manetas de las puertas son ergonómicas, de palanca y contrastan en color y textura con las propias puertas.
- Encaminamiento podotáctil de obra en el pavimento interior en las diferentes plantas. En lugar de emplear materiales como el polipropileno o el caucho, la propuesta para la Biblioteca Montserrat Abelló imita los materiales empleados en el exterior.
Otros elementos incluídos son el contraste de color en las puertas, enchufes, muebles y rotulación. Y, aunque en este caso no hayan intervenido los arquitectos, el fondo documental está adaptado a diferentes necesidades lectoras y se utilizan pictogramas para identificar documentos.
La Biblioteca cuenta con seis lavabos accesibles. (Escola Sert)
Una normalidad excepcional
Podríamos decir que la Biblioteca Montserrat Abelló es un ejemplo de “buenas prácticas ”en la incorporación de criterios de accesibilidad universal en edificios de carácter público. “Se necesitan, para ello, consultorías de accesibilidad con experiencia que puedan asesorar e incluso mejorar los detalles del proyecto original, ya que apenas existe formación universitaria y/o colegial contínua en el ámbito de la accesibilidad arquitectónica”, asegura.
La buena noticia, continúa, es que cuando se incorpore este programa formativo “posiblemente no serán necesarias estas consultorías porque todos los profesionales dominarán los detalles de la accesibilidad”.
Rovira-Beleta explica que el especialista en accesibilidad trabaja y asesora en todo tipo de proyectos, ya que los criterios básicos de accesibilidad son parecidos, sea cual sea el espacio, elemento, producto o servicio.
Tal y como detalla, este sería el recorrido accesible:
- Lo primero es necesaria una plaza reservada de aparcamiento para estacionar vehículos de Personas de Movilidad Reducida y que las aceras colindantes tengan rampa-vado en los pasos de peatones.
- Después, permitir el acceso por la entrada principal, nada de entradas secundarias o alternativas.
- Si es posible y una vez dentro, al llegar a la recepción, “quiero notar que han pensado en mí, que voy en silla de ruedas, o que soy sordo, ciego, con discapacidad intelectual o de salud mental. Entonces entro en esta instalación muy contento al comprobar la existencia de actuaciones de mejora de la accesibilidad, y por lo tanto, de la autonomía personal de las personas”, explica.
Esta biblioteca es el primer edificio público con certificado BREEAM, que remarca que es una construcción sostenible. Cuenta con 3.300 m2 de superficie y un fondo de 45.000 documentos (34.700 bibliográficos y 10.300 audiovisuales).
Una biblioteca, pues, sensible con la diversidad humana y con el medio ambiente.
“Es una obra que, francamente, está por encima de la media. No hay muchas como esta, lamentablemente, pero cuando terminó el proyecto todo el mundo estaba muy satisfecho, empezando por mí, la Dirección Facultativa, el Constructor y BIMSA”, se despide el arquitecto.
Lucía Burbano
Redacción Escola Sert
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